
Durante el 28 y 29 del pasado Marzo, tuvo lugar Expoelearning, Congreso Internacional y Feria Profesional que desde 2002, es el evento líder internacional realizado especializado en e-Learning, TIC y RRHH 3.0. La edición 2019 ha conseguido reunir a 112 de ponentes, 33 expositores, 237 congresistas y más de 6.000 visitantes, cifras que nos hablan del rotundo éxito conseguido.
Dentro de las actividades programadas en Expoelearning, tuve el honor de formar parte del II Simposio sobre el pensamiento de Javier Fernández Aguado organizado por AEFOL , donde un nutrido grupo de ponentes debatimos sobre el legado de este magnífico experto humanista del management.
Conocí a Javier Fernández Aguado, primero gracias a la lectura de sus libros, dada mi pasión por la investigación en el management y en concreto en el liderazgo. Me atrajo su perspectiva humanista, centrada en valores. Después, de manera profesional, tuve la oportunidad de conocerle en persona, como parte de la gran familia que es Top Ten Management.
Empezamos, asimismo, a colaborar en proyectos formativos en masters dedicados al desarrollo del talento directivo para distintas universidades y escuelas de negocio internacionales, en los que compartir escenario con Javier, me provocaba siempre una amalgama de diferentes y maravillosas sensaciones, de aprendizaje, de admiración, de responsabilidad, pero sobre todo, de disfrute continuo.
Recuerdo especialmente las conferencias magistrales con las que clausuramos un master internacional en el que intervenía un expresidente de determinado país, nuestro queridísimo Enrique Sueiro, Javier y yo. Los alumnos, que habían recorrido más 7.000 kilómetros para escucharnos, me manifestaron el placer que había sido disfrutar de ese acto, dada la química especial que se había generado entre nosotros tres. Más adelante, Javier sería nombrado Dr. Honoris Causa por esa universidad.
Desde entonces y hasta ahora, durante estos años, he ido disfrutando de hermosas tertulias con él, en las que hemos podido discutir de los temas que a los dos nos apasionan. Y casi sin darnos cuenta, hemos llegado más allá de las labores de investigación y docencia que ambos realizamos, y hemos construido una relación personal en la que compartimos inquietudes, anécdotas de nuestras vidas cotidianas, incluso momentos emotivos, como cuando hablamos de nuestros seres queridos o nuestras familias.
El profesor Fernández Aguado nos deja un precioso y extenso legado gracias a su profundo conocimiento filosófico, antropológico, económico, empresarial, gerencial y del liderazgo, a modo de testamento. Nos aporta soluciones estratégicas bajo un profundo conocimiento de los distintos escenarios históricos que, desde los clásicos, pasando por el medioevo, la escolástica y llegando al análisis de las más destacadas figuras del pensamiento moderno y postmoderno, constituye uno de los más sólidos marcos de estudio para toda persona que desee profundizar su conocimiento en las áreas de la gestión de la empresa, el gobierno de las instituciones y de la sociedad, así como del liderazgo efectivo que se produce tras un hondo juicio y pensamiento críticos.
Pero quizás, lo más característico de este gran maestro es que supera las aparentes contradicciones entre la academia y la praxis, desarrollando lo antiguo y haciéndolo nuevo, tras una minuciosa lectura del pasado desde el presente, que se recoge en el lema que más le define: “vetera novis augere”.
En un mundo cada vez más tecnológico en el que la comunidad científica ya se debate por el impacto que la tecnología, la robotización y la inteligencia artificial, ocasionarán sobre la propia condición de ser humano, y donde el conocimiento se obtiene con un click de ratón, se torna totalmente imprescindible recordar la figura del maestro, insustituible en la evolución de las distintas civilizaciones que han integrado la humanidad.
Gracias, mi querido Javier, por haberte convertido en un maestro y desarrollado con tu vida y con tu obra, este gran legado que tan generosamente nos dejas a todos, que es fuente imprescindible de mi inspiración y alimento para mi alma.
Como se puede observar en la galería de imágenes que os comparto, la experiencia fue grata e instructiva a partes iguales.