El pasado 24 de octubre, se clausuró con gran éxito el II Congreso de Tecnologías Emergentes para la Industria 4.0, organizado conjuntamente por la Asociación de Empresas Consultoras de la Comunidad Valenciana (AECTA), la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (FEMEVAL) y la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). El evento se celebró en un entorno tan apropiado como lo es el de la Ciudad Politécnica de la Innovación.
Dentro del programa del congreso, tuve el placer de participar en la mesa redonda de AECTA, en la que el hilo conductor fue el papel que juega la consultoría como vehículo para la transformación.
Moderados por Raúl Juanes, director del Área de Sector Público de Everis, cada uno de los miembros de la mesa fuimos aportando nuestro punto de vista sobre qué es la transformación y qué implicaciones tiene para una empresa que quiera enfrentarse con éxito a un proceso de transformación tecnológica, desde un enfoque profundo e integral y abarcando todos los puntos a tener en cuenta.
Mª Eugenia Gómez de la Flor, CEO Gómez de la Flor Abogados y Consultores, Luis López, CEO en Leynet Consultores, Amelia Arroquia, Socia Directora en Minicool y yo misma, fuimos realizando nuestras aportaciones desde el punto de vista legal, cultural y organizativo, de diseño, jurídico-tecnológico, del liderazgo y del talento para gestionar un proceso de transformación tecnológica, creando el ecosistema catalizador necesario para que todos los stakeholders o agentes implicados, jueguen su papel como elementos facilitadores del proceso.
Por mi parte, tuve la oportunidad de presentar el perfil del liderazgo innovador y transformador que, según mi experiencia, se necesita para inspirar y dirigir todo el proceso de transformación.
Partiendo de las cinco habilidades clave del talento innovador que brillantemente describen Dyer, Gregersen y Christensen (“El ADN del Innovador”. Ed. Deusto, 2012), que son, el pensamiento asociativo, la capacidad de cuestionamiento, de observación, de experimentación y de generación de redes sociales o networking, he añadido algunas que, a mi juicio, son imprescindibles, cuando hablamos de un liderazgo con capacidad de inspirar y abanderar la transformación.
Así, además de las anteriores cinco habilidades, para mí y con carácter transversal, todo líder ha de contar, lo primero, con un importante componente ético y unos fuertes valores humanistas como la honestidad, la transparencia, la colaboración y la vocación de servicio, que aseguren un estilo de management nutridor, empático, ejemplificador, que escucha, emocional y al servicio del equipo, y no a la inversa.
Pero si además, requerimos del líder que gestione el largo plazo, se mantenga firme ante las seguras adversidades e inspire y comprometa al equipo, la visión estratégica y global, el pensamiento divergente, la comunicación emocional y de alto impacto, el pensamiento positivo, la resiliencia y la inteligencia emocional, así como la energía, la valentía y la pasión, son competencias fundamentales.
Creo que sólo mediante éstas, se conseguirá un ejercicio de liderazgo capaz de inspirar al equipo, de dotarle de un propósito trascendente a su propio trabajo u organización y de retarle para que sea capaz y quiera emprender e implementar los cambios necesarios para transformarse y transformar la empresa.
Aprovecho, por último, para felicitar a los organizadores por este segundo Congreso de Tecnologías Emergentes, a mis compañeros de mesa por sus interesantes aportaciones, pues ha sido un honor compartir este momento tan especial con ellos, así como para agradecer la acogida e interés del público asistente.
Os dejo unas fotos de diferentes momentos del evento.